sábado, 8 de diciembre de 2012

La Concepción, inicio de la vida



http://www.waece.org/educacionpreypostnatal/seccion1/cap1.htm



Durante el periodo reproductivo, el útero de una mujer se prepara todos los meses para albergar un posible embarazo. Si no se produce la concepción, se produce la hemorragia menstrual que consiste en la eliminación de la mucosa del tejido que recubre el útero. En ese momento comienza a contar el siguiente ciclo, en el que unos días después se produce una nueva ovulación y es posible que una fecundación de ese óvulo, produciéndose el embarazo.

Las células que intervienen en el proceso de la fecundación son dos: el gameto maduro femenino (célula huevo, ovocito u óvulo) y el gameto  masculino (espermatozoide).
Cada uno de ellos es producido en sus respectivas gónadas (ovario y testículo) a través de un complejo proceso llamado gametogénesis.
El espermatozoide encierra en su “cabeza”, sobre el núcleo haploide, una vejiga, llamada acrosoma, que es capaz de liberar su contenido de enzimas para traspasarlas barreras protectivas (corona radiata, cúmulo ooforo, y sobre todo la zona pelúcida) de la célula huevo u óvulo. Se trata de una auténtica «explosión bioquímica».
El ovocito u óvulo es la célula más grande del organismo humano (diámetro aproximado de 0,16 mm), que ha acumulado en su propio citoplasma grandes cantidades de ribosomas, ARNm, ARNt, proteínas, glicógeno y lípidos, que utilizará si es fertilizado.
Al exterior de la membrana plasmática el ovocito está revestido de un espeso estrato de glicoproteínas, la zona pelúcida, y rodeado por las células foliculares.
A diferencia del espermatozoide, en la ovulación no ha completado aún la segunda parte de la división reductora de sus propios cromosomas (meiosis II) que quedan“bloqueados” en metafase II hasta el momento de la eventual fusión con el gameto masculino.
El espermatozoide y sus partes
http://www.kalipedia.com/ciencias-vida/tema/funcion-reproduccion/graficos-espermatozoide-humano.html?x1=20070417klpcnavid_201.Ees&x=20070417klpcnavid_223.Kes
En el momento del coito se emite una expulsión de semen donde depositan millones de espermatozoides dentro de la vagina femenina. Los espermatozoides se desplazan a través del cérvix uterino y las trompas de Falopio por efecto de la enérgica vibración de sus colas. Durante el coito, esta operación es favorecida por las contracciones musculares que se derivan de la estimulación sexual, siendo absorbidos más fácilmente hacia el interior del útero.
Los numerosos espermatozoides que consiguen alcanzar la parte superior de la trompa de Falopio intentan atravesar la llamada corona radiata, o células foliculares que la rodean, mediante la liberación de la hialuronidasa, una enzima que intenta romper esa barrera. La fecundación propiamente dicha ocurre cuando uno sólo de esos espermatozoides consigue introducir su cabeza a través de la membrana del óvulo.
Una vez en su interior, para evitar que ningún otro espermatozoide lo alcance, la membrana se torna rápidamente en una barrera de fertilización, muy gruesa, permitiendo que sólo el espermatozoide que ha roto la barrera consiga finalmente alcanzar el núcleo del óvulo, negando el acceso a los demás. Ya juntos los dos núcleos se produce la formación del zigoto o célula huevo, el cual adquiere una dotación cromosómica diploide, es decir, adquiere los caracteres hereditarios procedentes del padre y de la madre, comenzando seguidamente a dividirse activamente, y a desplazarse por la trompa hasta su implantación definitiva en el útero.
El óvulo que abandona el ovario puede ser fecundado dentro de un periodo que se estima entre las 8 y 48 horas. Por su parte, un espermatozoide puede vivir en el interior del aparato reproductor femenino unos tres días, pero alcanza y fecunda el óvulo a partir de las 24 horas aproximadamente. Esto significa que el periodo eficaz para la fecundación es muy corto, y por tanto deben darse condiciones favorables y el momento oportuno para la fructificación.
Implantación del embrión
Cuando se produce el zigoto u óvulo fecundado, la trompa de Falopio y sus cilios epiteliales lo empujan hacia el útero, donde se implantará definitivamente. Este proceso dura unos 7 días y en su movimiento se realiza una división activa, de tal forma que cuando alcanza el útero ya es un embrión de varios cientos de células.
Al tomar contacto con el endometrio o pared uterina, éste ya se encuentra preparado para alimentar y anidar el embrión, mediante la segregación de progesterona por parte del cuerpo lúteo del ovario. Los alimentos son absorbidos por el embrión mediante unas terminaciones que penetran en la pared uterina, y que más tarde, alrededor de la tercera semana de gestación, terminarán por constituir la placenta, órgano éste muy especial que suministrará sangre procedente de la madre con oxígeno y sustancias alimenticias.







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